jueves, 16 de junio de 2011

Amores de barra

Buscando uno de mis textos para que lo leyese un amigo me he encontrado con esto. A día de hoy ampliaría la información. De hecho quiero escribir algo sobre la sensación que tengo de ir "a contracorriente" con respecto a la mayoría por mi forma de ser, pensar y actuar un tanto "particular".  No sé, me parece interesante publicar esto en mi blog porque es uno de los puntos que quiero tratar cuando lo escriba.

7 de junio de 2009

Últimamente me ha dado por observar mucho a mi alrededor y analizar las particularidades de las relaciones humanas. Después de una noche de juerga nocturna mi cabeza da mil y una vueltas. Es difícil luchar a contracorriente y atreverse a alzar la mano y preguntar en voz alta...¿pero qué nos está pasando?.
Nuestra sociedad busca saciar deseos al instante pero, en el fondo y al final, seguirá compuesta por individuos frustrados que, después de pasar una noche de amor fingido, continuarán vacíos porque no habrá servido de nada.
A mí me gustan las experiencias auténticas, digan lo que me digan. Sin duda, menos cantidad y mucha más calidad. Esa es mi apuesta. Piensen en ello.


martes, 14 de junio de 2011

"Por experiencia propia": ¿Cómo llegar a la verdad?´

Hoy quiero inaugurar una nueva "sección" dentro de mi Rinconcito. La voy a titular "Por experiencia propia". En este apartado voy a incluir algunos textos que me escribe un gran amigo: Rafael Aguilar. 

Por situaciones de la vida, una vez a la semana voy a visitarle y, aunque él piensa que para mí es un esfuerzo, muy lejos de eso me resulta muy placentero disfrutar de nuestras conversaciones.

Voy a Rota a lo Bob Esponja, para absorber todo lo que me cuenta. Sus 77 años de experiencia vital tienen gran valor y cada consejo, cada historia personal, cada anécdota de vida, todo, absolutamente todo, me lo llevo a mi casa para intentar sacar conclusiones y aplicarlo a mi propia vida. El primer texto que os dejo, escrito por él lo he titulado ¿Cómo llegar a la verdad?



La verdad como concepto es muy difícil de definir. Tan difícil que ni filósofos, intelectuales, poetas, escritores y demás grandes pensadores han logrado jamás precisarla como un todo absoluto.

Machado dijo aquello de "tu verdad no, la verdad, si quieres ven conmigo a buscarla, la tuya guárdatela". Y yo me pregunto ¿dónde vas a buscarla? Porque tengo la duda de conocer cuál es la idea que tenemos sobre el tema, si nos referimos a la realidad que sucede y es inamovible o al concepto de esa hipotética versión que tenemos en nuestra mente y que podríamos considerar como utopía y a la que nos aferramos.

Se dice que la verdad te hará libre, y la pregunta sigue siendo la misma ¿Libre de qué? El ser humano siempre estará sujeto a sus reacciones emocionales, a sus instintos, a sus sentimientos o a sus egoísmos, somos como la tierra, producto de un cultivo en forma de educación o cultura que nos condiciona nuestra visión a través de la mente. Aunque con el paso del tiempo nos adaptemos a la circunstancia que vivimos en el día a día. Eso sí, tratando de encontrar respuestas por nosotros mismos a nuestras dudas, pues lo que nos han enseñado son teorías que son aprovechables en un pequeño porcentaje y que el paso del tiempo diluye, teniendo nosotros la responsabilidad, a través de la convicción y no de la influencia del entorno o de las conveniencias propias, de hallar eso que llamamos verdad sin matices.

Probablemente el hombre como especie tiene el potencial de cualidades para la búsqueda de la verdad, pero la historia nos demuestra que no la ha conseguido aunque hayan habido hombres con ideas que nos han hecho pensar que la utopía puede llegar a imponerse a la realidad.

Al final, esas ideas han sido manipuladas y prostituidas y sólo han sobrevivido como símbolo para conveniencias del denominado poder en ejercidio.

domingo, 5 de junio de 2011

Retales: extender el abrazo





Cada institución padece fragmentaciones minúsculas; cada partido político está repartido en personalismos aislados; el abrazo parece ser una debilidad constitucional, mientras se consumen ediciones del opúsculo El caballero de la armadura oxidada, caso social único en el planeta, que llegó a tener hasta editoriales en importantes periódicos para referirse al "bloqueo afectivo" propio de ciertos guerreros ejecutivos.

Ello expresa con elocuencia la dinámica cotidiana de nuestras corazas afectivas: dificultades emocionales de unidad, que actúan en un pantano gradual e implacable de oxidación colectiva y que tendemos a justificar con explicaciones teóricas o ideológicas nada tranquilizantes.

No se trata aquí de fomentar el abrazo constrictor del oso ni del propio de la implacable y posesiva anaconda. "Abrazos y besos no rompen huesos", dice la sabiduría del refranero.

Se ha difundido la historia de dos mellizas que al nacer fueron colocadas en sendas incubadoras. Una de ellas estaba desahuciada; carecía de esperanza de vida por complicaciones cardiacas graves.

La jefa de enfermería, intrépida, adoptó una iniciativa que se oponía a las normas hospitalarias establecidas. Se enfrentó, decidida, a todas las opiniones del equipo sanitario al proponer con insistencia que colocasen juntas a las hermanas. Cuando consiguió que compartiesen el mismo espacio, la criatura que estaba bien de salud abrazó de inmediato a la vecina enferma y con el calor de su cuerpo llegó a regular la temperatura y el pulso del cuerpecito debilitado hasta restablecerle el ritmo cardíaco de manera natural.

En el hueco que hacen nuestros brazos entrelazados, podemos colocar, con vuelo imaginativo, a la persona que más nos gustaría abrazar.

En el País de las Maravillas, Alicia dice: "Abrazados por el amor, no se envejece".

Tal vez no exista, hoy día, otra tarea institucional más importante que contribuir con todas las programaciones y las metodologías a favorecer la integración local, a mejorar la calidad de las interacciones individuales y grupales, a promover la unidad armoniosa y lábil de la salud social, a desarrollar una visión positiva de los conflictos. Es decir, a extender el abrazo, grande y generoso, como hacen los dioses amigos.

Enrique Mariscal. Cuentos para regalar a personas especiales