Decido incluir una nueva sección en este cajón desastre que he construido. Lo titularé retales y en él quiero compartir con todos ustedes fragmentos de libros, noticias, cartas o cualquier documento escrito que me haya llamado la atención y que considere que será interesante para todos.

Confieso que al principio, cuando lo descubrí gracias a un regalo de cumpleaños, sentía un poco de pudor al decir que me había enganchado, así que decidí utilizar un eufemismo y llamar a sus libros " de psicología".
Ahora me da igual, sea como sea considero que Bucay es un hombre que tiene mucho que dar, mucho que transmitir y mucho que enseñar. Y sí, me ha ayudado a comprender muchas cosas en situaciones límite y gracias a sus letras también he reforzado mis propios principios.
Hoy he elegido un fragmento que se incluye dentro de Cartas para Claudia y que es una gran lección para todos. Recomiendo una lectura lenta. Dice así:
Antes de morir quisiera estar seguro de haberte enseñado....
A disfrutar del amor,
a confiar en tu fuerza,
a enfrentar tus miedos,
a entusiasmarte con la vida,
a pedir ayuda cuando la necesites,
a permitir que te consuelen cuando sufres,
a tomar tus propias decisiones,
a hacer valer tus elecciones,
a ser tu propia amiga,
a no tenerle miedo al ridículo,
a darte cuenta que mereces ser querida,
a hablar a los demás amorosamente,
a decir o callar según tu conveniencia,
a quedarte con el crédito de tus logros,
a amar y cuidar la niña que tienes dentro de tí,
a no absorber las responsabilidades de todos,
a ser consciente de tus sentimientos y actuar en consecuencia,
a no perseguir el aplauso, sino tu satisfacción por lo hecho,
a dar porque quieres, nunca porque creas que es tu obligación,
a elegir que se te pague adecuadamente por tu trabajo,
a aceptar tus limitaciones y tu vulnerabilidad sin enojo,
a no imponer tu criterio ni permitir que te impongan el de otros,
a decir que sí solo cuando quieras y decir que no sin culpa,
a vivir en el presente y no tener expectativas,
a tomar riesgos,
a aceptar el cambio y revisar tus creencias,
a trabajar para sanar tus heridas viejas y actuales,
a tratar y exigir ser tratada con respeto,
a llenar primero tu copa y, recién despés, la de los demás,
a planear para el futuro pero no vivir en él,
a valorar tu intuición,
a celebrar las diferencias entre los sexos,
a desarrollar relaciones sanas y de apoyo mutuo,
a hacer de la comprensión y el perdón tus prioridades
a aceptarte así como eres,
a no mirar atrás para ver quién te sigue,
a crecer aprendiendo de los desencuentros y de los fracasos,
a permitirte reír a carcajadas por la calle sin ninguna razón,
a no idolatrar a nadie, y a mí...menos que a nadie
Espero que después de leer esto consigáis sentir lo mismo que yo cada vez que lo hago, un subidón de energía, de autoestima y de positividad.