martes, 5 de julio de 2011

Límites entre hombres y mujeres

Dicen que la ingenuidad muere cuando nace la experiencia y que quieres que te diga, me negaba a matarla. Después de una noche de desvelo por una experiencia kafkiana y otras tantas de reflexión, reconozco públicamente que estoy desbordada. Quizás así las cosas sean más fáciles y encuentre la brújula que me haga volver a encontrar el norte en este sentido.

Siempre me ha gustado sentirme como la princesita que vive en su urna de cristal acomodada. Pero situaciones de la vida, un día me dije, pues voy a coger todo lo que tengo, que soy yo misma, y voy a investigar qué es lo que hay en el mundo. Significaba eso que daba un paso más en el duelo de una ruptura. Pero siento que el tiro me está saliendo por la culata. Princesa consentida también que quiere que las cosas sean como quiera y no como realmente son.

¿Dónde está el límite, ese punto en el que se supone que quieres dar un paso más con alguien? Porque parece que yo, sin ser consciente voy lanzando señales de esas. Y siento impotencia porque resulta que en el mundo de aire intoxicado donde vivo nadie está acostumbrado a recibir sonrisas, amabilidad, dulzura, abrazos, cariño, mimos y el tacto, ese sentido tan poco desarrollado que tenemos. Tocar a la gente, transmitir, sentir.

Pues nada, ¿significa eso que me tiro de cabeza a algo más? NOOOOO. Pero claro, la falta de experiencias me impide entender situaciones y dar respuestas.  Y no dejo de sentirme culpable pensando  que no sé hacer bien las cosas. Pero por otro lado me aterroriza pensar que para convivir en esta selva voy a tener que dejar de ser yo. Así se supone que cumpliré con las reglas que me impone esta sociedad llena de prejuicios y normas sin sentido.

Entonces me pregunto ¿tengo que ir con un libro de instrucciones en la mano? ¿Qué pasa? ¿Hoy día no existe la curiosidad de descubrir personas sin meterse previamente en la cama?

Y es que estoy conociendo gente absolutamente interesante, con quien me siento bien, me apetece estar y compartir mi tiempo, que es mi gran tesoro. Pero resulta que siempre me encuentro con el puñetero límite en el que esperan algo más de mí. ¿No es la amistad un gran regalo?  No sé, mi bloqueo emocional no me deja pensar demasiado. Me vuelvo a mi urna unos días, a ver si allí encuentro respuestas.

Días después de escribir esta entrada, una persona especial, de las que más me conoce y quiere me recomienda una canción que va a la perfección con mi texto. La enlazo. Gracias.