jueves, 5 de septiembre de 2013

La vida, la muerte, lo absurdo

Es absurdo que te pida que saques tus armas para luchar si sé que esta guerra está perdida.

Igual de absurdo que buscar reglarate paz a través de un abrazo si veo el pánico en tu mirada.

Yo quería corresponder aquella ocasión absurda en la que yo sentí miedo de niña la primera vez que vi un conflicto en las noticias y me tranquilizaste con la versión para niños y fantaseando con entrar en los supermercados para coger lo que quisiera si la guerra llegaba a  España.

Qué absurdo es contar todo esto. Qué dolorosos pueden llegar a ser los recuerdos de una infancia feliz.

Y ahora ya no eres dueña de tu destino, no hay horizonte, sólo cáncer. Para esto no tengo una versión positiva que mejore la realidad que ni siquiera sabes. No existe.

Sería más fácil si tuviésemos fecha de caducidad como los yogures, para estar preparados llegado el momento. La muerte nos asusta para arrancarnos nuestra versión más cobardica.

Vida, eres absurda y no me apetece entenderte hoy (ni nunca). Voy a vivirte mejor