martes, 14 de junio de 2011

"Por experiencia propia": ¿Cómo llegar a la verdad?´

Hoy quiero inaugurar una nueva "sección" dentro de mi Rinconcito. La voy a titular "Por experiencia propia". En este apartado voy a incluir algunos textos que me escribe un gran amigo: Rafael Aguilar. 

Por situaciones de la vida, una vez a la semana voy a visitarle y, aunque él piensa que para mí es un esfuerzo, muy lejos de eso me resulta muy placentero disfrutar de nuestras conversaciones.

Voy a Rota a lo Bob Esponja, para absorber todo lo que me cuenta. Sus 77 años de experiencia vital tienen gran valor y cada consejo, cada historia personal, cada anécdota de vida, todo, absolutamente todo, me lo llevo a mi casa para intentar sacar conclusiones y aplicarlo a mi propia vida. El primer texto que os dejo, escrito por él lo he titulado ¿Cómo llegar a la verdad?



La verdad como concepto es muy difícil de definir. Tan difícil que ni filósofos, intelectuales, poetas, escritores y demás grandes pensadores han logrado jamás precisarla como un todo absoluto.

Machado dijo aquello de "tu verdad no, la verdad, si quieres ven conmigo a buscarla, la tuya guárdatela". Y yo me pregunto ¿dónde vas a buscarla? Porque tengo la duda de conocer cuál es la idea que tenemos sobre el tema, si nos referimos a la realidad que sucede y es inamovible o al concepto de esa hipotética versión que tenemos en nuestra mente y que podríamos considerar como utopía y a la que nos aferramos.

Se dice que la verdad te hará libre, y la pregunta sigue siendo la misma ¿Libre de qué? El ser humano siempre estará sujeto a sus reacciones emocionales, a sus instintos, a sus sentimientos o a sus egoísmos, somos como la tierra, producto de un cultivo en forma de educación o cultura que nos condiciona nuestra visión a través de la mente. Aunque con el paso del tiempo nos adaptemos a la circunstancia que vivimos en el día a día. Eso sí, tratando de encontrar respuestas por nosotros mismos a nuestras dudas, pues lo que nos han enseñado son teorías que son aprovechables en un pequeño porcentaje y que el paso del tiempo diluye, teniendo nosotros la responsabilidad, a través de la convicción y no de la influencia del entorno o de las conveniencias propias, de hallar eso que llamamos verdad sin matices.

Probablemente el hombre como especie tiene el potencial de cualidades para la búsqueda de la verdad, pero la historia nos demuestra que no la ha conseguido aunque hayan habido hombres con ideas que nos han hecho pensar que la utopía puede llegar a imponerse a la realidad.

Al final, esas ideas han sido manipuladas y prostituidas y sólo han sobrevivido como símbolo para conveniencias del denominado poder en ejercidio.

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