Cada vez me gusta más esto de acercarme a los treinta. Ahora
por ejemplo hablar de sexo es más fácil, los tapujos se van a hacer puñetas y
las conversaciones sobre el tema me enriquecen además de divertirme.
Hoy estoy reivindicativa. La pregunta es ¿sexo para qué?
¿Para reducirlo a un encuentro fortuito, un entrar, salir y hasta luego? Qué
triste ¿no?
Y no consiste en ser o parecer una estrecha o una modosita, que
también me cansan ya esos prejuicios, se trata de buscar experiencias
auténticas que te sumen, que te ofrezcan la confianza para sacar ese lado
salvaje que te permite una relación sexual plena.
No se trata de buscar el príncipe azul o el amor para toda
la vida. Eso estoy (casi) segura que no existe. Pero ¿y por qué no reír, coquetear, abrazarse, disfrutar, imaginar, enloquecer, vibrar, agotarse, desearse,
sentir el placer, una comida, un dulce, el cine, un paseo, una caricia, un
agarrón fuerte, un beso, un mordisco, una mirada pícara, una mirada dulce, otra cómplice, una
sorpresa, un regalo, una canción, una caricia, uno rapidito, otro muy lento, con juguetes,
sin ellos, besos con lengua o con los labios, en la boca, en la nuca, en el
hombro, en la espalda y donde caiga. En definitiva quererse sin miedos, aunque
sean unos instantes que te lleven a la eternidad. ¿Qué más da cuánto dure si lo
que ocurre es de verdad?
Pues no, resulta que renunciamos a todo eso, supongo que por
el miedo al posible compromiso, y lo reducimos a un mete-saca sin chispa, sin
emociones, dejando al aire nuestro instinto más animal. Y yo no sé si se
equivocan ellos, nosotras, el mundo o yo, que busco otras cosas. Pero es lo que
hay y comienzo a perder la ilusión de topar con alguien que me regale
momentos más emocionantes.
Y os digo una cosa señores del mundo. Quedan muy atrás esos
años en los que las mujeres buscábamos un hombre que nos salvara de un castillo
guardado por un dragón para salir trotando en caballo blanco. Ya está bien, que
no se trata de echarnos un polvo para que quedemos prendadas de ustedes y salgáis
escopeteados y muertos de miedo. Os informo que las mujeres de hoy ya somos independientes
y autosuficientes, aunque todavía soñadoras. ¿Qué quiere decir esto? Pues que
para reducir mi sexualidad a un encuentro minúsculo en el que queda previamente
en el aire si vamos a disfrutar, preferimos autocomplacernos solas que tenemos
claro qué y dónde nos gusta. Así que poneros las pilas y a currar, que ya va
siendo hora.
Regla María Gómez Tejada
Buenísima entrada! Sexo con interés y sabiduría, por favor!
ResponderEliminarAmén.
ResponderEliminarJajaja. Genial.
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